*Por Guadalupe Scotta

Viernes 2 de junio 2023/ Cerro Colorado

En la visita guiada a los aleros del Inti Huasi sobre la primera imagen en la que nos detenemos describe a un español, un caballo y sus perros, estos se ven mucho más grandes que las llamas. En el mismo conjunto, una imagen geométrica señala el suelo.

Después de las expediciones de la corona para clavar ciudades, los españoles se repartieron vidas y tierras, para el año 1625 esta zona fue otorgada a Pedro Luis de Cabrera, hijo de Jerónimo.

La ceremonia de re- entierro se abre ante más de 450 años de prácticas y relaciones de conquista. Los pueblos recuperan y vuelven a la tierra a parte de sus acenstrxs, en ese encuentro se pliegan las memorias.

Es la primera vez que en la provincia de Córdoba se lleva adelante un re-entierro o re-inhumación. Este recorrido comenzó mientras se realizaba una obra de gas en el año 2018 y se encontraron enterradxs a setenta y cuatro ancestrxs en el corazón del pueblo. Algunxs datan de más de cinco mil años, un linaje muy hondo recorre a los cerros sagrados.

En la historia reciente, la conformación del Estado Nación Argentino está marcada por el avance genocida e invisibilización. Y en nuestra provincia para el siglo XX desde el Estado se profundizó  en el despojo de tierras sobre las comunidades, mientras crecían las narrativas que declaraban extintos a Comechingones y Sanavirones. Ante la picadora extractivista, el silencio también fue una estrategia de resistencia de las familias.

Hace décadas que  en esta región los procesos de reemergencia sacuden a las miradas esencialistas y al  multiculturalismo sin territorio, las versiones que lo reducen a folclore seco y en venta. Para la ceremonia se reunieron los pueblos; Comechingón kamiare, Mapuche, Guaraní y Aimara. La guían desde la comunidad Comechingón Sanavirón del Cerro Colorado, y acompañan estudiantes y docentes del Instituto de culturas aborígenes, antropologxs, trabajadorxs de Museos y espacios de la UNC.

Lxs representantes de las naciones y pueblos caminan sosteniendo a lxs ancestrxs. Banderas, perros, talas, comedores, cancha de futbol, pirca, tunas, arroyo, niñxs de la primaria, cerámicas, espinas y aleros. Ya en la tierra, la entrega y el sahumo.

Testimonios de los pueblos

Comunidad Comechingón Sanavirón del Cerro Colorado/ Gabriela Luján

Nosotros asumimos el compromiso de que vuelvan a la tierra y lograrlo fue difícil, nos topamos con mucha burocracia para que nos reconocieran desde el Consejo, porque más allá de los papeles, no todas las comunidades están inscriptas, algunas no quieren ser parte de ese sistema, porque vienen de antes del Estado Argentino.

Acá cuando encontramos restos humanos no los sacamos, se dejan dónde están. La gente del pueblo sabía que estaban enterrados por donde pasaba la obra, por eso les avisamos y tuvieron que trabajar manualmente y con arqueólogos. No dejamos que se escave más, porque los arqueólogos se empiezan a entusiasmar y van a levantar el pueblo entero. Vaya a saber desde qué época este lugar ha estado habitado, en este entierro había cuerpos de más de cinco mil años.

Memorias de familia

Rosa Peregrina es el nombre de mi abuela materna. Era coplera y hablaba como los indios. No nos enseñó su lengua, porque decía que era mal vista. Cuando la íbamos a visitar, mi papá decía que nos estaba esperando con la lanza detrás de la puerta.

Mi familia es nacida en el medio del monte y después algunos se fueron yendo. Así, mi mamá se fue a trabajar a la ciudad como sirvienta y ahí lo conoció a mi papá, ella trabajó para mi familia paterna. Yo estudié en Córdoba, pero no me encontraba, quería vivir en el norte, acá éramos muchas mujeres, salíamos en carro y hacíamos arropes de chañar, tuna y molíamos algarroba.

En la ciudad, por esto de mi abuela, me anoté en el Instituto de Culturas Aborígenes y fue impresionante, era lo que quería. Volví hace más de veinte años. Soy hilandera.

Comunidad Comechingón Sanavirón del Cerro Colorado / La Beba

El pueblo es una comunidad, por ahí te preguntan ¿Por qué el Cerro Colorado no tiene fecha de nacimiento para festejar? Y no, nosotros no tenemos fecha, porque ya había gente. Estoy llorando porque fue una lucha constante con el gobierno para que nos reconozcan como comunidad indígena, ya están en trámite los papeles.

Mi papá fue el primer guía del Museo Arqueológico del lugar, lo nombra Atahualpa como el “Montaraz Rodríguez”. Él decía que veníamos de los indios, siempre supimos que éramos. Nos criamos en cerro, desde chica me gusta la figura del cóndor, y hace un tiempo se volvieron a ver en el cielo, hacía muchísimos años que no aparecían.

Pueblo Nación Kamiare-Sanavirón Comunidad Sikiman/ Fernando Guzmán

Nos avisaron de que había muchos abuelos que habían sido impactados. Entonces, desde ese mismo día empezamos a pedir la restitución como pueblo. Trabajamos con comunidades hermanas de la Organización territorial Kami Henen, Lorenzo Pincen y Cecilia Carrizo de la Universidad Nacional Córdoba.  Hoy acompañamos tocando la caja y cantando en lengua madre. Manteniendo el latido para que las abuelas y los abuelos restauren el descanso.

En la provincia de Córdoba se impacta la vida misma, ahora con la autovía de Punilla y Paravachasca, entonces esta ceremonia es curar una de las tantas cicatrices y va abrir un nuevo camino. Somos muchas  las comunidades de la región que estamos poniendo el cuerpo, hicimos una denuncia internacional a la OIT por la no consulta previa, libre e informada de las comunidades originarias de Córdoba, y estamos ampliando la denuncia por el impacto a los sitios sagrados.

Comunidad Camiare Comechingón Canchira, Salsipuedes/ Comunera Yanina Pérez

Devolver a lxs ancestrxs a su territorio es un símbolo de resistencia y de reconocimiento que nos comienza a sanar. Es básico, porque todos pertenecemos a la tierra y la conexión que se tiene es muy importante.

Linaje

A todo el proceso de colonización uno lo puede ver en el territorio, incluso en cómo a nuestros abuelxs los callaron. Es fuerte y movilizador, no es tan fácil poder ponerlo en palabras. Uno sabe que pertenecemos y somos. A veces no sabemos a dónde, y después va saliendo, y los ancestros van a ayudar a que salga más.

En mi familia es difícil que se reconozcan del Pueblo Comechingón, su generación está atravesada de prejuicios, ellas no se nombraron. En charlas con mi tía abuela, fui yo la que me di cuenta. Mi proceso se fue dando junto a otros hermanos, y ahí fue cuando le pregunté, y ella empezó a contarme un montón de cosas, entre esas que en la construcción de una Iglesia habían removido a nuestros ancestros, ese lugar está en el territorio de dónde venimos.

Casi todas las mujeres de mi familia han sido enfermeras o mujeres medicina, y en algunos espacios y periodos se auto reconocieron, pero no se han podido nombrar, entonces el proceso es que yo comienzo a reconocer y a entender lógicas de colonización. En mi auto reconocimiento (proceso en el que continuo hasta hoy) fui descubriendo que mi abuela era chamiquera, recolectaba yuyos y también acompañaba a las personas que estaban enfermas o que iban a parir. Ella y mi tía abuela sanaban.

Pueblo de La Toma/ Curaca Sergio Ferrer Acevedo

Esta ceremonia es una memoria viva en la que los ancestros aparecen y nos ayudan a encontrarnos. El cerro también es parte de esa memoria.

Nuestra comunidad tiene distintos territorios en los cuales nos referenciamos como la Casona que perteneció a Don Belisario Villafañe y en un gobierno de facto, la provincia se la apropia. Venimos hace años reclamamos para recuperarla y que no tenemos respuestas. A partir del 4 de agosto del 2016 hacemos una toma simbólica, todos los lunes, abrimos el lugar para que la gente pueda conocerse y vincularse.

El Antigal, es otro de los puntos sagrados, está ubicado cerca del rio de la ciudad, todos  los años hacemos una fiesta ahí, en la casa de doña Mafalda. Décadas atrás de allí desenterraron a nuestros ancestros y uno se mantuvo expuesto en el Museo del Hospital de Clínicas, nosotros también pedimos que sea devuelto a nuestro pueblo.

Instituto de Culturas Aborígenes/ Palabras de Horacio Saravia en el marco de la ceremonia

Volver al seno de la tierra a los que son parte de ella. Don Ata que vivía en este pueblo decía que el hombre es un pedazo de tierra que se ha echado a andar (…) Es verdad todos somos un pedazo de tierra vivificados, animados y si hemos salido de la tierra a la tierra, debemos volver y si alguna vez por diversas circunstancias, alguien nos sacó del seno de la tierra, los actuales debemos recordar siempre que los antiguos vuelvan (…) Nada es casualidad, justamente en los pies del  Cerro Colorado se abre la tierra para recibir parte de ella, como diciendo una esperanza en la provincia se abran muchas ofrendas gozos en la tierra donde puedan descansar o vivir en paz nuestros ancestros.

Quiero hacer presente a la Universidad Nacional de Córdoba (…) digo que hasta es irreverente que tengan tanto tiempo en un depósito, porque como la ley prohíbe exponerla , ya no la exponen como la exponían antes incluido el Hospital Nacional de Clínica que sabiendo de la ley con total desfachatez, la  tuvo exponiendo en el Museo creo que se llama anatómico desde el hospital, pero la universidad tiene que ser más valiente más audaz,  más decidida ¿hasta cuándo en su depósito van a estar nuestros antepasados?  (…)

Después de este gesto no hay razón para que ninguna institución,  ninguna sin excepción, demore tanto en devolver a los ancestros.

La luna estaba casi llena. Entre cerámicas y cuchillos en la casa de lxs Colombo-Fidanza, el linaje materno viene de estos cerros. Migrar y volver. Recuerdan como caminó su padre al pie de la hechicera, la que ahora guardan lxs ancestrxs.

Lxs muertxs tocan el mundo, están. Nadie lxs llamó así. Están; abuelitas, abuelos, antiguxs, ancestrxs, linaje, árbol y raíces. Las presencias y lo que traen.

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Fabiola Heredia, directora del Museo de Antropologías de la UNC, señala que apoyan procesos en los que las comunidades recuperan a sus ancestrxs. Entiende a esta acción de re inhumación como una forma de devolver la dignidad como individuos y no como objetos de patrimonio.

 En este caso, se tomó la decisión de exhumar para preservar los restos sensibles ante la obra del gasoducto y se realizó un acuerdo con la comunidad del lugar, el que permitió realizar análisis que muestren la temporalidad histórica y den cuenta de la presencia indígena ancestral.

Subraya que como antropólogxs no buscan restos humanos, sino que acuden cuando se lo solicitan porque corren riesgo y que actualmente participan de la Mesa de Restitución, un espacio que articula el Ministerio de Justicia en dialogo con las comunidades, tanto aquellas que participan del Consejo Indígena, como con aquellas que no. En esas instancias el Museo de Antropologías puso a disposición para su restitución diferentes conjuntos de restos humanos que se encuentran en esta institución. La mayoría, el 70 por ciento, de estos conjuntos de restos humanos fueron exhumados e integrados al museo durante los años cuarenta, son seres humanos “anónimos” y de diferentes lugares del país. El año pasado la Facultad de Filosofía y Humanidades se expresó a favor de los procesos de restitución y en conjunto con el Museo acompañan acciones al respecto.

Rodrigo Nores, Profesor de la Licenciatura en Antropología (FFyH-UNC) señala que el rango temporal de los enterramientos sorprende en cuanto a su profundidad, teniendo en cuenta que se estima que las pictografías de los cerros datan de hace 1500 o 2000 años, mientras que algunos de los restos sensibles son muchos más antiguos, superando los 5000 años.

Por otro lado, frente al mito de la descendencia blanca Argentina, el investigador da cuenta de un estudio realizado en el Instituto de Antropología de Córdoba que se centró en la población actual. En este estudio se observó que el 70% de lxs cordobeses tienen origen materno nativo americano o indígena, el 23% origen europeo y el 7% posee linajes africanos. Mientras que en la línea masculina predominan los linajes europeos

Pierre Luisi, genetista de poblaciones humanas, docente de la FFyH- UNC e investigador del CONICET, trabaja para identificar las variaciones y componentes compartidos de lxs antepasadxs de la región.

El equipo identifica a partir de los genomas antiguos la vinculación que tenían los grupos que poblaron un territorio, podríamos traducirlo como una gran genealogía del nosotrxs y la tierra.

 A partir de la reconstrucción de ADN se acercan a los recorridos, momentos y movimientos demográficos que ocurrieron en el continente desde su poblamiento, y en el caso de contar con gran número de personas encontradas en un sitio arqueológico, pueden inferir como estaba conformada la estructura social.

 ¿Hasta qué punto de la historia se encuentran antepasados en el Abya Yala? Pierre explica que no hay respuestas cerradas en este campo, sino un espacio de investigación, pero que en la actualidad se mantiene la teoría de que lxs pobladorxs de América antepasadxs de las poblaciones actuales de Sudamérica entraron al continente desde el norte del continente por el estrecho de Bering hace unos 15.000 años, mientras que se encuentra marcas de grupos humanos en Sudamérica hace aproximadamente 14.000 años.  

Ante los sentidos colonizados que instalan a la conquista como el punto de partida, la fuerza de los pueblos ya camina otros tiempos.

Fotos: Guadalupe Scotta