La alegría es total, Pablo Grillo salió a pasear por el hospital luego de 55 días en terapia intensiva

Su imagen y el agradecimiento se publicaron esta tarde desde la plataforma Justicia por Pablo Grillo.
Compartimos las palabras del fotoperiodista Julito Pereyra, quien hace unos días escribía sobre el encuentro entre el Eternauta y Pablo; “está hecho de la misma materia que ese héroe colectivo: una mezcla de terquedad, ternura y sentido de la justicia«. El texto dialoga sobre las fotografías tomadas por Kaloian Santos en el Hospital Ramos Mejia, entonces tres fotógrafos y una red inmensa levanta con cámaras un ¡No pasarán!
La luz entra por la ventana
Dicen que los cuartos pisos suelen ser silenciosos. Pero el del Ramos Mejía, cada tarde, late distinto. No es que haya ruido. Es que hay alma.
Porque ahí, detrás del vidrio, entre monitores y cables, hay un pibe que resiste como quien milita la vida: Pablo Grillo. Fotógrafo de lo humano, retratista de lo que no sale en los diarios, testigo de las injusticias que algunos prefieren borrosas. Y ahora, protagonista de una foto inesperada, de esas que nadie quiere, pero que igual se revela.
La gente llega y algo cambia. No es solo que entren a verlo. Es que se les enciende una luz en los ojos apenas lo ven. Como si la esperanza hiciera foco. Como si el dolor supiera también sonreír.
Y eso, eso no se finge.
Eso se construye con años de abrazos bien dados, de mates compartidos, de estar donde hay que estar. Eso lo sembraron Mari y Fabián, sus viejos, que son puro coraje. Lo regó Emi, su hermano, que no se mueve de ahí. Y lo hizo florecer Pablo, con cada marcha, cada foto, cada gesto.
El Eternauta también lo fue a visitar. Juan Salvo, sí, el mismo que camina con la nevada encima. Porque Pablo está hecho de la misma materia que ese héroe colectivo: una mezcla de terquedad, ternura y sentido de la justicia. Una mezcla que no se enseña, se hereda.
Por eso este no es solo su combate. Es el de todos. El de sus amigas y amigos que no paran de venir. El de quienes lo cuidan como si fueran familia. El de quienes encontraron al que disparó. El de quienes lo quieren de vuelta en la vereda, con la cámara al cuello y los ojos alertas.
A Pablo lo esperan con los brazos abiertos. Lo esperan en las calles. En las asambleas. En cada marcha que aún no fue. En cada historia que falta contar.
Fuerza, Pablo. Ya falta menos.
Y aunque la foto hoy esté desenfocada, vos seguís encuadrando el mundo.
Con la mirada firme.
Y el corazón entre disparo y disparo.
Texto: Julito Pereyra


Sobre las fotos de Kaloian Santos a Pablo Grillo en el Hospital Ramos Mejia.