El futuro transfeminista presente en Corrientes
Más de 70.000 mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales y no binaries llenamos las calles y las escuelas de la ciudad de Corrientes. Llegamos a la edición 38, que si no fuera por la interrupción de la pandemia, estaríamos cumpliendo los 40 años de la insistencia más poderosa: los encuentros transfeministas.
Por María Fernanda Espejo y Verónika Ferrucci
“Venimos al encuentro a repararnos”, dice una compañera. En estos tres días, compartimos nuestras miradas sobre los temas que nos preocupan, afectan, arriesgamos diagnósticos, argumentamos, discutimos ideas, posiciones, conocemos lo que sucede en otra provincia, en un pueblo alejado, en una gran ciudad. Nos angustiamos, recuperamos la perspectiva histórica y volvemos sobre la potencia que tiene nuestro movimiento. Armamos nuevas redes, fortalecemos las que ya están y proyectamos, aun en la diferencia, un horizonte común. Contra la vorágine de la época, nos sentamos en las aulas a debatir y hacemos asambleas en las plazas, en esta experiencia y práctica política que replicamos cada año, construimos poder.
Hay una pregunta chicanera permanente: ¿dónde están las feministas? Sin embargo, parece que no quieren saber en verdad, porque, como en las viejas épocas, todo lo que pasó este fin de semana quedó por fuera del radar mediático de los grandes medios, solo en algunas coberturas aisladas y reducidas. Una vez más, las redes comunitarias, los medios cooperativos, independientes y populares fueron el amplificador de lo que vivimos.
Los 116 talleres que nos convocaron este año son sobre los temas que nos preocupan y, en todos los debates, estuvo presente el contexto nacional. La precarización de los trabajos y el endeudamiento fueron relatos que aparecieron en primera persona una y otra vez. El peso de la desarticulación de políticas públicas que implementa el gobierno libertario se siente en los cuerpos y en la vida de cada día. “Cuidar es un trabajo”, era el canto de las mujeres de los comedores populares, que explicaban cómo sostienen con dificultad las redes de cuidado en los barrios.
El endeudamiento que está llevando adelante el gobierno de Milei fue debatido y comprendido como política de colonización. Se replica en las deudas como política de sujeción que el sistema financiero despliega en la vida cotidiana, que empobrece la vida, afecta las posibilidades de participar colectivamente y erosiona los vínculos. Se trabajaron algunas claves de desendeudamiento y la necesidad de construir una política afirmativa desde la organización comunitaria.
Los pañuelos verdes y las pelucas fucsias se esparcieron en las conversaciones, el aborto en el centro del debate ante la amenaza y el lobby para impulsar en el Congreso la derogación de la Ley de derecho al aborto. Las avanzadas reaccionarias actuales fueron un tema presente, como los proyectos de ley sobre las falsas denuncias y contra la educación sexual integral. Hubo por primera vez un taller dedicado a la violencia digital, la violencia en los medios y discursos de odio. Un taller donde estuvieron madres protectoras y sobrevivientes de abusos sexuales en las infancias y adolescencias. Hubo un eje que aglutinó muchos temas de geopolítica, en el ejercicio internacionalista de comprender que lo que nos pasa está en diálogo con un proyecto global.
Rojo, verde, negro y blanco son los colores que se repiten en pines, abanicos y banderas. La ciudad de Corrientes se llenó de banderas por una Palestina libre. El taller sobre Palestina se terminó haciendo en el patio por la gran cantidad de gente que fue.
Hubo asambleas sindicales, que muestran el feminismo disputando en los sindicatos, hubo plazas con plenarias de partidos políticos y la plaza de Cristina Libre, donde se escuchó a la orilla del Paraná el saludo de la expresidenta.
“Aquí está la resistencia trava”
Hace ocho encuentros que los sábados se realiza la marcha contra los travesticidios, transfemicidios y lesbicidios, ante los intentos de negar sus existencias. Un grito contra los crímenes de odio, que aumentaron ante la ausencia del Estado nacional y la violencia que habilitan los discursos públicos del presidente Milei y sus funcionarios y trolls, que niegan derechos, deshumanizan identidades y alimentan un clima social hostil, cuyos efectos son directos sobre los cuerpos travestis y trans.
“Venir acá es saber que no estamos solas”
La Asamblea Feminista del Abya Yala volvió a convocar a las voces desde los territorios que atraviesan múltiples violencias. Escuchamos las voces de compañeras contra el extractivismo, los discursos de odio, las políticas fascistas que avanzan sobre nuestros cuerpos y que intentan disciplinarnos. Entre las voces presentes, estuvieron Lizzette Sánchez, nieta de Julia Chuñil Catricura, lamien mapuche desaparecida mientras defendía el bosque ancestral en Wallmapu. También participaron Luciana Jaramillo, del Lof Lafken Winkul Mapu, y María Nahuel, quienes sostienen la lucha frente al avance petrolero, minero e inmobiliario sobre el territorio mapuche. Denunciaron la profundización de la criminalización contra su Pueblo y exigieron, además, la libertad de las personas detenidas de su comunidad.
En los encuentros pluri, históricamente, se abren nuevas agendas y articulaciones que multiplican las conversaciones y expanden los horizontes de lucha. Hay futuro y es transfeminista.
