*Por Fernando Vanoli

En 1968 Hans es encarcelado en Berlín por homosexual, una práctica legal y habitual en Alemania debido a una ley conocida como Párrafo 175. Así comienza la película Great Freedom, un drama austriaco-alemán estrenado el 2021 y dirigida por Sebastian Peters; la historia sigue la vida de Hans Hoffmann, condenado una y otra vez en la Alemania de posguerra. La trama no enfatiza su malestar, sino los vínculos que sostiene dentro de la prisión. Principalmente la relación con Viktor, un compañero de celda, se vuelve el núcleo de la película. Quizás lo que más impacta de esta trama no sean sus grandes declaraciones, sino sus pequeños gestos de resistencia. La forma en que Hans y Viktor se miran, se tocan, se protegen, se agreden y doblegan un entorno diseñado para negarles la posibilidad del vínculo. 

El Párrafo 175 se vuelve un hito central para comprender el contexto. Se trata de una ley en el Código Penal alemán que castigaba la actividad homosexual masculina. Este párrafo se originó en el Imperio Alemán en 1872 y fue modificado varias veces en las décadas siguientes. Cobra mayor notoriedad con el régimen nazi, porque el párrafo 175 fue recrudecido y utilizado para perseguir brutalmente a hombres homosexuales; se estima que decenas de miles fueron arrestados y enviados a campos de concentración. Después de la Segunda Guerra Mundial, la ley se mantuvo en vigor en la Alemania Occidental, mientras que la Alemania Oriental abolió la versión original del párrafo 175 en 1950, aunque reintrodujo una versión similar en 1957. En la Alemania Occidental, se hicieron algunos intentos de reformar o abolir el párrafo 175, pero no tuvieron éxito hasta 1969, cuando se reformó para eximir las relaciones sexuales consentidas entre adultos mayores de 21 años. Finalmente, en 1994, la Alemania reunificada lo derogó completamente; la eliminación del párrafo 175 fue un momento crucial en la lucha de la comunidad LGBTIQ+ en Alemania. En el año 2000 se estrenó un largometraje que documenta la persecución bajo esa ley en el periodo nazi y registra testimonios muy valiosos (se puede ver en www.youtube.com/watch?v=wXtfxNA3BcI).

Para la película ese contexto es solo un dato, no profundiza en disyuntivas legales o grandes relatos colectivos, pero tampoco se trata solo de un individuo encarcelado, logra con sutileza un registro sobre quienes han tenido que luchar por ser libres en un mundo que siempre engendra censura. Es un retrato crudo y sincero de cómo la búsqueda de la libertad puede manifestarse en los peores contextos.

Al repasar la película es difícil no recordar a Puig y El beso de la mujer araña, una de las obras más importantes de la literatura latinoamericana del siglo XX. Luis Molina es la loca protagonista de Puig y en la cárcel comparte el tiempo con Valentín. Tanto en la cárcel de la película como en la celda de Puig, estos personajes sobrellevan las contradicciones del encierro y encuentran un espacio para construir, de a poco, un vínculo que les permite sobrevivir al confinamiento, explorar su identidad y tumbar prejuicios.

En Great Freedom late una paradoja que inquieta: la cárcel, ese espacio que debería representar la antítesis de la libertad, se convierte en el lugar donde él protagonista se expresa con soltura. Encerrado entre los muros de la prisión encuentra una libertad que afuera le es negada, es en esa maquinaria opresiva donde puede construir un vínculo profundo con Viktor. Un efecto espejo entre la opresión de la vida en sociedad y un hallazgo de libertad en el encierro. Una provocación a las ilusiones de la libertad que se pierden en laberintos morales, en prejuicios y violencia. El punitivismo es un umbral entre el encierro y el afuera, pero la cárcel no es aquí el dispositivo en cuestión, sino la libertad y no la que confiere atravesar ese límite: más bien los sentidos atribuidos desde una genealogía queer. 

Esa Gran Libertad es una utopía que anida en luchas históricas y extensos debates. Podríamos mencionar a José Esteban Muñoz que encuentra en la libertad una apertura performativa de la identidad, sugiere que los sujetos disidentes se desidentifican de las imágenes dominantes para poder construir nuevos modos de existir. También la libertad es corporal, Paul B. Preciado cuestiona las normas biomédicas que nos regulan para habilitar libertades corporales disidentes no sometidas a controles biopolíticos. Pensar en estas derivas hace que poner el foco en la cárcel le quite a la película su conjuro. Great Freedom es una invitación a reflexionar sobre nuestras propias nociones de libertad y a siempre observar el pasado. Una advertencia: no hay que caer en la trampa de la alegoría, el encuentro entre Hans y Viktor hacen de la cárcel un espacio paradójico, pero reducir la encarcelación a una metáfora es subestimar la importancia de la memoria histórica, el Párrafo 175 fue una de las tantas prácticas legales de castigo a la homosexualidad en la historia de la humanidad. Pero si encontramos con Great Freedom una invitación a debatir sobre la libertad, no hay que perder la oportunidad.