El pasado lunes 25 de diciembre, en plena Navidad, en la localidad serrana de Salsipuedes, Córdoba, Matías Aragone asesinó de varias puñaladas a Andrea Aguirre, de 38 años y madre de dos niñas de 9 y 11 años. Las hijas de Andrea, quienes estuvieron presentes durante el ataque y lograron escapar, pidieron auxilio. Cuándo llegó la policía, Aragone la increpó y recibió un disparo en la entrepierna, muriendo horas después en el Hospital Tránsito Cáceres de Allende.

El femicidio de Andrea y las circunstancias a su alrededor no son hechos aislados en el corredor de Sierras Chicas ni en Salsipuedes en particular. En los últimos 18 meses se han registrado tres casos visibilizados de femicidio: Margarita Sánchez, Sofía Sosa, y ahora Andrea. Visibilizados, porque en Salsipuedes las denuncias de otros casos, y las noticias de niñas y jóvenes que desaparecen por trata, asustan por el nivel de silencio que existe alrededor.

Ayer por la tarde, 26 de diciembre, se convocó a las 20 horas a realizar una manifestación pidiendo justicia por Andrea, pero también por Sofía y Margarita. Y es que hace sólo una semana se movilizaba en la localidad a un año del femicidio de Sofía Sosa, asesinada por su ex pareja Luis Gómez, contra quién había una restricción y botón antipánico que Sofía activó. El femicida la asesinó delante de su pequeño hijo, de sólo 4 años.

La manifestación fue masiva, alrededor de 200 personas se convocaron en pocas horas a la rotonda de acceso a Salsipuedes, para luego marchar hacia la comisaría. Los encuentros, los abrazos, la bronca y el dolor porque siga pasando “a pesar de las denuncias, ya de nada sirve denunciar, hay que hacer más”, era el comentario de muchas de las mujeres que estaban convocando. Vecinas, organizaciones feministas, funcionarias de la secretaría de Género del Municipio, docentes de las hijas de Andrea, amigues, familiares de otras víctimas. Lazos negros, flores y velas fueron quedando colgadas en el cartel de entrada a la ciudad. El dolor y la bronca constantes en el aire, el abrazo colectivo y de cuidado, marchar y cantar “ni una menos, vivas nos queremos”, alertar a les vecinos de a pie que, con cara estupefacta, miraban cómo más de 200 personas  cortaban media calzada en la ruta que atraviesa la ciudad. 

La manifestación se detuvo en la comisaría donde se leyó una declaración de repudio de La Ollera Salsipuedes, movimiento de mujeres y disidencias autoconvocades de Salsipuedes. 

Al final de la concentración, docentes de las hijas de Andrea hablaron sobre la terrible situación que viven las niñas y pidieron la solidaridad de la comunidad, “las niñas quedaron sin nada, estamos necesitando ropa y calzado para pasar estos días”.

Margarita Sánchez fue asesinada por su femicida el 19 de abril de 2022. Fabián Romero, quien era su pareja, llevó a Margarita al hospital aludiendo que la mujer había tenido un accidente casero. Horas más tarde Margarita murió producto de la fuerte contusión que Fabián, herrero y docente de la zona de Salsipuedes, le había propinado en la cabeza. El asesino ya había sido señalado por presunto acoso por alumnas de una escuela de Agua de Oro, . La denuncia previa de acoso nunca salió del fuero institucional escolar, ya que la directora del establecimiento alegó que no quería “romper una familia” denunciando al docente en la justicia. En abril de 2024, a dos años de su femicidio, comenzará el juicio.

Andrea Aguirre vivía en la misma cuadra que Margarita.

Sofía Sosa tenía 22 años y junto a su hijo de 4 años decidió volver a su casa en Salsipuedes luego de los festejos por el campeonato mundial de fútbol en diciembre del año pasado. No iba mucho a su casa por miedo a su ex pareja, José Luis Gómez, sobre quién había una restricción y botón antipánico por violencia de género. Esa noche decidió volver por miedo a que robaran su casa. De camino fue apuñalada por José Luis Gómez, frente a su pequeño de 4 años. Su familia sigue exigiendo justicia.

Con Andrea, Sofía y Margarita se visibiliza una problemática: no alcanzan las denuncias si hay ausencia de políticas públicas municipales que aborden seriamente la violencia de género y su eslabón más profundo, los femicidios.