*Por Fernando Vanoli

60 años después de que Allen Ginsberg leyera por primera vez Aullido, en público, Rob Epstein y Jeffrey Friedman lo llevaron al cine. La película homónima del poema-manifiesto, es un film biográfico que explora la vida y obra del escritor. La trama se alterna entre tres situaciones: una entrevista a Ginsberg, aquella lectura pública del poema, y el juicio al que fue sometido el editor por divulgar el texto, considerado obsceno. Tres situaciones clave para sumergirse en la Generación Beat.

En la entrevista le preguntan a Ginsberg ¿qué es la Generación Beat? Responde que no existe, que son solo un grupo de personas intentando ser publicadas. Evadir respuestas correctas con humor e ironía eran parte del gesto provocador que intentaba alborotar el contexto social: Estados Unidos consolidaba su hegemonía política y cultural conservadora al finalizar la segunda guerra mundial. La Generación Beat representaba la antítesis del sueño americano y se convirtió en uno de los movimientos contraculturales más importantes del siglo XX en occidente. La lectura de Ginzberg aquella noche en San Francisco fue una pieza clave del entramado de esa generación, donde Jack Kerouac -amigo y mentor- escuchaba atento mientras agitaba su trago y tarareaba a Charlie Parker que sonaba en los cortes. 

La literatura era un cobijo, preguntas sutiles como si ¿la poesía podía ser una conversación casual? eran la coartada para desbordar los modos de vida instituidos, que mientras más se proclamaban más se oxidaban. La música, las disidencias sexuales, feminismos emergentes, hippies, y sobre todo el presente como axioma, eran parte de un gesto más amplio que las letras. Los desenlaces no eran esquivos, además del fallido juicio por la publicación de Aullido, las narrativas republicanas endilgaron que los males que amenazaban a la sociedad eran “los comunistas, los beatniks y los intelectuales”. 

La película apuesta por sintetizar, en esa triple trama, mucho de todo esto con la figura de Allen Ginsberg, una de las fundamentales de la Generación Beat. Aullido es un texto personal y político, escrito desde el cuerpo y la experiencia propia, contra la sociedad burguesa de su país y abiertamente homosexual. Su irrupción alteró particularmente la moral del status quo literario que no se cansaba de desacreditarlo. Sin embargo Aullido fisuró cánones literarios arraigados y liberó otras posibilidades para la escritura.  

La propuesta audiovisual viene de la mano de Epstein, a quien se lo puede catalogar como un militante cinematográfico de las causas LGBT en Estados Unidos. Previo a Aullido, había realizado otros largometrajes. En 1984 estrenó “Los tiempos de Harvey Milk”, documental sobre el primer concejal públicamente gay en San Francisco (posteriormente llevado a la ficción por Gus Van Sant). Luego junto a Friedman filmaron en 1995 “El celuloide oculto”, documental que analiza la presencia y el tratamiento de personajes homosexuales en las grandes producciones de Hollywood; y en el año 2000 estrenaron “Párrafo 175”, película que narra la persecución del Nacismo hacía la comunidad gay bajo el artículo 175 del código penal alemán, que condenaba las relaciones homosexuales.

Es posible encontrar múltiples películas que dialogan con esta contracultura, dos rondan en torno a la figura de Kerouac, otro ineludible de la generación. Una de ellas es la homónima a su novela fundante: “On the Road” (2012), es una adaptación cinematográfica del libro, dirigida por Walter Salles (Diarios de motocicleta) y acompañada por un buen elenco, la película revive el ambiente de la época, pero puede pasar un poco desapercibida ante las expectativas que genera el libro. Un año después, se estrena una menos conocida: “Big Sur”, dirigida por Michael Polish, en este caso el film se basa en otra novela de Kerouac, también con el mismo nombre. En un tono bastante diferente a la anterior, esta historia es una reconstrucción autobiográfica del éxito post publicación de “En el camino”, atravesada por el desánimo del autor frente a la popularidad y el alcoholismo. La película le hace justicia a los paisajes que el propio autor eligió para refugiarse. 

Derek Jarman -quien confiesa amar Aullido- dice que los beats no eran más que otra muestra de Estados Unidos mirándose el ombligo y con gran capacidad de construir mitos. También son eso. Aullido, o cualquiera de las muchas derivas que tuvo el cine a partir de la Generación Beat, son rastros de la genealogía contracultural que explica pequeños devenires de nuestro presente.
Bonus track: un beat tardío es Walt Curtis, escribió Mala noche a fines de los 70 para contar su historia de amor no correspondido con los mexicanos Johnny y Pepper, migrantes ilegales en las tierras de Portland (Estados Unidos). Por mucha prosa que tenga, el libro es un poema, «un vendaval de juegos y afectos de varones», con el toque justo de espanglish para hacernos sentir parte de esos diálogos vagos, pero abundantes en gestos. Gus Van Sant realizó en 1985 la película bajo el mismo nombre, haciendo foco en los encuentros callejeros de estos personajes un tanto histéricos y pasionales. El largometraje pone en escena a los protagonistas: Curtis, Johnny y Pepper en blanco y negro, con una estética despreocupada pero provocadora y de poco presupuesto. El film se transformó en un clásico de Van Sant.

*Fernando Vanoli es Arquitecto y Doctor en Estudios Sociales de América Latina por la Universidad Nacional de Córdoba. Docente, investigador, y becario postdoctoral de CONICET.