Por Guadalupe Scotta

Fragmentos de memorias del dos mil uno en el Barrio Villa 9 de julio: Ir a la puerta del súper, dibujar un pequeño boquete. Avisar, intentar llegar a la góndola. Agarrar y repartir. La policía con escudos y escopetas. Vienen dando balas. Avanzan, custodian la mercadería. Echarlos, aguantar. Salir corriendo, volver a tirar un piedrazo. Gaseosas, comida, escobillones, galletitas y correr con las luces apagadas. Escuchar y no saber con qué tira la cana. Y tiran. Llegar. Mirar, quedarse. David Ernesto Moreno es asesinado. 

Miércoles 19 de diciembre 2001- Barrio Villa 9 de julio-Córdoba, Argentina 

De boca en boca. La noticia se desparramó. Mujeres, varones y niñxs fueron a la puerta del supermercado Minisol (1) , de la cadena Disco, el más grande del barrio. El almacén de doña Pirú, el kiosco de Rodrigo y la carnicería quedaron intactos. 

Ese día, a David Moreno lo anotaron en segundo año del secundario, ocho materias preparó con su mamá Rosa y un gatito bajo el brazo. Quería una camiseta del Club Belgrano, era de Peñarol, como su papá, pero también se hizo “celeste” cuando el “Tete” Gonzales le dio un autógrafo a él y a sus amigos.

A la familia Moreno, no la fueron a buscar para “el saqueo”. Estaban ajustados de dinero. Luis Eduardo, el papá de David, aún sostenía su trabajo en el Estado. Lo sostenía junto a sus compañerxs del Sindicato de Obras Sanitarias, venían de meses de huelgas y paros contra la privatización en los años noventa. 

Luis Eduardo: Yo he sido, un luchador. Somos obreros, trabajadores.

En la última década del siglo XX  se televisó el fin de la historia, la fiesta de la pizza con champán, la felicidad en botellas y la libertad a secas. Vimos la caída del muro de Berlín y las bondades del mercado. El cambio al siglo XXI, no un boleto para imaginar otros futuros y el sello del neoliberalismo nos trepó al cuerpo como una enredadera.

En los medios de comunicación el fuego de las protestas sociales y los saqueos recorrían el país, el hambre como “novedad”. La palabra “corralito”, ahorros y bronca. Otra vez, deuda y Fondo Monetario internacional. 

A Lucas le tocaron la puerta, su casa estaba frente al súper. Tenía 21 años y trabajaba como albañil, más bien conocía el oficio y faltaba trabajo. Ese 19 de diciembre ayudó a hacer un boquete. Con una masa abrieron un pequeño orificio, quedó angosto y aún se puede dibujar la marca en el lugar donde funcionó el súper Minisol. El relato veinte años después, le pasa por el cuerpo en tiempo presente.

Lucas: Entramos un par de ellos. Llegan en camioneta (la policía) y nos corren a los tiros. Tiran a pegar (balas de gomas). La gente corre para mi casa, entra al patio. Y ahí, viene la cana, unos seis canas, pechan la puerta. Entran a los tiros y le pegan a mi sobrino (de un año) en el pecho y en el brazo (impactos de balas de goma) . Nosotros empezamos a tirarles con  ladrillos y a uno le quebré la mano. 

A unas seis cuadras del lugar vivía Jesús Tello. El militaba desde finales de los ochenta en Patria Libre(2), en ese diciembre, no estaba orgánico (3) , pero había tejido una red en el territorio. Y para muchos, Jesús era el que narraba las memorias de luchas, los tiempos que venían y las acciones del momento a las nuevas generaciones: “nosotros veníamos marcando que iba a pasar. Pero al principio, pos dictadura la gente se pudo comprar la heladera y  el televisor. Después se pudrió. Y se empezó a cagar de hambre”.

No había celulares. Lxs vecinxs buscaron a Jesús en las casas de sus familiares, y así llegó al Minisol. Recuerda que ya había una multitud de familias en la puerta del supermercado: “se habían organizado, agitaban para entrar, había mucha gente. Era gente con necesidad de llenar la bolsa. Todavía era de día, ya tardecita. Vino la policía se bajó y empezó a los tiros, así sin medir nada”.

Ahora, nos lleva a las calles y marca los puntos donde lxs jóvenes enfrentaron la represión policial:

Jesús: armamos como una barricada, pero no pudimos resistir mucho, en un  momento se pusieron muy muy bravos. Había una cierta resistencia a la fuerza, no era otra cosa, porque con la cana ahí, no ibas a entrar al súper, no había forma y más si te están cagando a tiros. Empezaron a tirarle tiros al transformador de luz y  nos dejan a oscuras. Se corta la luz y  nos separamos, unos  por la calle Piedra Labrada, y otros en la Túpac Yupanqui. Nos llevaron como tres cuadras. Avanzaban. La gente salía de sus casas y se unía a tirar piedras. Nos siguen llevando a la parte de las calles que eran monte y en un momento escucho el silbido de las balas, las balas de verdad. Grité ¡Están tirando con plomo!  y nos fuimos escondidos por el descampado.

Archivo canal 12/ Captura desde YouTube

Archivo canal 12/ Captura desde YouTube

El presidente De La Rúa habla en cadena nacional y decreta el estado de sitio en Argentina. Señala la violencia y a sus portadores, los construye como “grupos enemigos del orden y la República”, también dice que comprende, que tiene conciencia del sufrimiento de la gente, pero sabe distinguir entre “los necesitados y los violentos o los delincuentes”. La rabia estalla, rompe por horas con la propiedad privada. Acaba de cruzar la barrera de las asignaciones y bolsones, es una amenaza.  

Segundos antes, el mandatario explica que va a “multiplicar la distribución de alimentos” y tiene “medidas de emergencia para los más necesitados”, así los ubica sin posibilidades de acción o fuerza propia, pero “los necesitados” son uno de los sectores que está en movimiento, accionando.  

Hay hambre de todo. Una de las heridas es justo ahí, donde se vendía la libertad en los mercados. Hay miedo. Las persianas se bajan. Vuelven los saqueos. El título de la película documental de Pino Solanas “Memorias del Saqueo” (4) es una brújula, la descripción no se emplea para narrar las acciones de lxs de abajo, sino para dar cuenta que navegamos en una picadora: neoliberalismo, deuda, modelo económico, crónica de la traición. Acá al sur del sur, la marca es la estructura de tiempos de la colonia: “Nunca nadie pensó besarte los pies, cinco siglos igual”.

El decreto de estado de sitio (5) lleva la firma del Presidencial, la del Jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y la del Ministro del Interior, Ramón Mestre (ex Gobernador de la provincia de Córdoba). 

El mensaje en cadena nacional no se soporta y estamos en el hondo grito de ¡Que se vayan todos!, las multitudes toman la calles, el ruido a metal de las cacerolas viaja. Desde Córdoba vemos la Plaza de Mayo temblar. Esa noche circula que renuncia el gabinete De La Rúa – ¡OO00o, que se vayan todos, que no quede ni uno solo!

En el barrio 9 de julio, muchos se quedaron encerrados. David vuelve de jugar a la pelota, está cansado. Sus papás se asoman a la vereda y ven de lejos los patrulleros. David duerme.

Jueves 20 de diciembre 2001- Barrio Villa 9 de julio-Córdoba, Argentina 

Faltaban cuatros días para navidad. Luis Eduardo no se sentía bien. El médico lo interna en terapia intensiva. Rosa lo acompañó. Regresó a su casa y se puso con David a ordenar la habitación. Se prepara para ir a la clínica, y su hijo David sale a jugar a la calle- ¡me voy un rato con los chicos!

Para entonces Noemí tenía 12 años y vivía en el barrio, como ahora. Llegó hasta la puerta del supermercado con sus familiares, y no se animó a entrar. Esperó en la vereda del frente. Entre la multitud vio a su hermano salir del Minisol con algo para ella.

Noemí: me acuerdo que me dio una bolsa con galletas, unas Obleitas, eso me encantó.

Recuerda noches sin comer y días asistiendo a comedores de iglesias. Su mamá vendía aluminio y cuidaba autos: “vos veías a las otras familias que llevaban bolsas de mercadería y vos no tenías nada (…) nosotras con mis amigas salíamos a pedir, también en los supermercados, a otros barrios”. Vuelve y la memoria de ella se nubla y dice: “fue algo muy feo, después mataron al David”.

Lucas dormía en su casa y escuchó ruidos. Abrió la puerta y se topó con un policía apuntándole: “me pegan en la calle y el que me daba tenía la mano enyesada, y otra mujer me pegaba con una ítaca. Y me llevan (detenido), sentía un shhhhh en los oídos (por los golpes), había muchos heridos con balas de goma y uno tenía de plomo”.

Archivo canal 12/ Captura desde YouTube

Jesús a unos metros del supermercado ve las espaldas de la policía y decide ir buscar al cura del barrio para que haga de mediador. Habla con él y vuelve para el súper:Veo una colcha, ya lo habían muerto a David. Del otro lado andaba la chica Parra sosteniéndose la cara, tenía un balazo y los vecinos me dicen que a la vuelta hay un chico tirado, era Fregenal” (6). El análisis de coyuntura política que va haciendo se atraviesa de dolor, y duele esto que retorna: los muertos, son el pueblo.

El 20 diciembre es asesinado el niño David Moreno, las balas de plomo son del Estado y le impactan en la nuca. Otrxs vecinxs fueron heridxs de gravedad: Marcelo Fregenal,  Luciana Parra y  Rubén Fossarelli. 

Rosa, reconstruye la escena del asesinato, una y otra vez. A esa muerte la relata sin maquillajes- la violencia de las balas y el golpe en suelo- Dice que la muerte es “lo único que tenemos firme, la condena no lo está” y los últimos instantes no se van: lo vieron sentadito en una verja frente al supermercado. Mirando. Curioseando.

Rosa: él no tenía la culpa de lo que estaba pasando el país, era un niño. Los que murieron no eran responsables. Los responsables son los gobernantes, todo el contexto superior, no el pueblo de abajo.

La vecina Marta, estaba en el Minisol y recuerda que “no es que el David estaba haciendo saqueo, estaba ahí… Esa noche no dormí, venía la policía y preguntaba si habíamos visto algo, a varios los llevaron presos”. Esto para Rosa y Eduardo es importante, porque cuando salió la noticia no tenía nombre, era un saqueador, y eso se construía desde “el algo habrá hecho”. Es un calor que sofoca, y no se le va a Rosa.  

El 20 de diciembre a las 19:50 horas, Fernando De La Rúa deja la casa rosada en helicóptero. Esa imagen se imprimió en la memoria colectiva, tiene el ruido de las hélices y es un punto donde navegan el pasado y el futuro. El acontecimiento no puede decirse con una sola palabra, ni encuentra la linealidad del principio y el final: rebelión / represión / crisis / estallido.

Voy a cubrir tu lucha más que con flores, Voy a cuidar de tu bondad más que con plegarias

La familia de David Moreno camina frente a dos décadas de impunidad. La información de las violencias del Estado les fue llegando a cuentagotas. El dolor cayó como un golpe, dejó una herida sin nombre. A días del asesinato los familiares organizaron la primera marcha por justicia. Salieron a la calle junto a vecinxs del barrio, H.I.J.O.S Córdoba, partidos de izquierda y  lxs compañerxs de Luis Eduardo del Sindicato de Obras Sanitarias Córdoba.

Rosa: A pesar de todo nuestro dolor, nos tocó comenzar la lucha por justicia. Desde el primer momento el gobierno, la policía, la justicia quiso que todas las causas quedaran impunes.

Al juicio por el Crimen de David se llegó tras 15 años de invisibilidad, los responsables políticos y la jerarquía de la policía no se sentaron en el banquillo de acusados. En esta inmensa cadena de impunidades el comisario a cargo del operativo, Luis Omar Farías, fue sobreseído por estropear la escena del crimen con el pago de una multa de 750 pesos. 

Para Luis Eduardo, la frase “cuanto tienes, cuanto vales”  tomó relevancia desde el crimen de David. Pero, también señala que en una vida de reclamos por justicia, las acciones colectivas y la participación en el espacio sindical los llevaron a vincularse con las abogadas comprometidas con la memoria, verdad y justicia. 

Al frente de la causa está la abogada Adriana Gentile, su trabajo no descansa ante las violaciones a los Derechos Humanos. En los inicios, fue la abogada María Elba Martínez, quien acompañó a la familia contra las complicidades de la justicia. María Elba, fue una referente en los juicios contra terrorismo de Estado en Córdoba, también abrazo otras causas, como  acompañar al Sindicato del Personal de Obras Sanitarias en su lucha contra la privatización, ese fue el primer punto de contacto con la familia Moreno. 

Fotos: Archivos de “David Moreno Presente”

Sentencias y sentencias 

La sentencia se esperó por quince años. En la puerta de tribunales vecinxs organizadxs, como Jesús y Marta, partidos políticos y organizaciones sociales levantaban el retrato de David  y abrazan a la familia Moreno. Familiares de víctimas de crímenes del Estado en democracia estaban ahí, estuvieron y están; Celeste Lepratti, Alberto Santillán, Silvia Irigaray, Angélica Urquiza, Mónica Alegre, Gabriela Sanso, Viviana Alegre, Paola Guaiman, Romina Ludueña, Paola Suarez, entre otrxs que tejen la red de justicia ante el dolor. 

En  julio de 2017 fue condenado el policía Cánovas Badra a 12 años y ocho meses de prisión por homicidio agravados por el uso de arma de fuego, señalándole como el causante de los disparos. También, fueron acusadas de falso testimonio las policías Daniela Adán y Laura Freire, la imputación giró en torno a sus declaraciones respecto a la carga de cartuchos con municiones de plomo. Finalmente, Laura Freire fue absuelta y a Daniela Adán se le dieron dos años de prisión en suspenso. 

A la fecha la sentencia no está firme, la defensa de Cánovas Badra  solicitó  a  la Corte Suprema de Justicia de la Nación una nueva pericia para reinterpretar el momento del hecho. En estos años fue cambiando las estrategias judiciales y trascendió  que recientemente cambió de abogadx.

Rosa: seguimos en la misma condiciones, a una persona le dieron años de cárcel, pero todavía no sabemos si los va a cumplir o no. Con el juicio  hay un reconocimiento, se corroboró que fue un oficial de la policía y eso es una cosa que perseguimos.

20-12-2021- Rosa y Eduardo/ Foto: Mafita Espejo

¡Soy cordobés y ando sin documento porque llevo el acento de Córdoba capital! 

Según la prensa de la ciudad de Córdoba en ese periodo se llevaron a cabo quince saqueos y se puede delinear que las fuerzas de Estado “cuidaron” los centros comerciales. Se lee en las crónicas que el Gobernador De la Sota pidió el refuerzo de la Gendarmería: “entre los objetivos de los gendarmes se dispondrían cinco puestos fijos en los híper y supermercados asentados en inmediaciones de villas de emergencia consideradas zonas rojas”. (7)

Además, los medios de comunicación señalan que a la capital llegaron efectivos de las fuerzas “experimentados” y agregan que “su alto grado de preparación se evidenció particularmente en los sucesos que se registraron en las convulsionadas ciudades salteñas de Tartagal y Mosconi, donde debieron obrar con energía para liberar las rutas“. Probablemente hagan referencia al “Operativo Recuperación de la 34” donde fueron asesinados Omar Barrios y Carlos Santillán”. (8)

Aunque no lo nombren, es el movimiento piqueterx el que aparece en la escena. Lxs desocupadxs desdibujan la figura de la patronal y la exclusión capitalista queda al descubierto. ¡Corte de ruta y asamblea! el movimiento emergió a finales de los noventa en Cutral Có, Cruz del Eje, Salta, Capital Federal y el puente Pueyrredón- ¡Te cortamos la calle y le quemamos la catedral! cantan los feminismos 17 años después.

En las jornadas del 19 y el 20 en el centro de Córdoba había marchas, cacerolazos, ahorros acorralados: “5 mil personas convocadas por los sindicatos de municipales, Luz y Fuerza, docentes, estatales y partidos de izquierda marcharon sin incidentes por el centro de la ciudad”(9) OO00 ¡Que se vayan todos que no quede ni uno solo!-  en ese grito, los partidos políticos estuvieron en suspenso como horizonte.

Para muchxs el dos mil uno tiene otros sonidos, que no son del metal de las cacerolas, ni las persianas de los bancos: “grupos de policías disparaban balazos de goma contra jóvenes que no superaban los 17 años para que no saquearan un supermercado Disco. Hijo de puta, ya te voy a agarrar sin la escopeta’ gritaba uno de ellos mientras arrojaba piedras contra los uniformados. La escena duró 10 minutos, entre corridas y tensión, avances y retrocesos” (10)

La custodia de los supermercados como una síntesis de prioridades. Cuidar el territorio del mercado y otra vez la política de la muerte: en Villa El Libertador un disparo policial impactó sobre Sergio Ferreyra, de 20 años. La esquirla se le quedó en el cuerpo, en el hígado. Fue intervenido quirúrgicamente, pero su salud empeoró. Murió en el año 2002. 

Volvemos a las cifras del periodo; la pobreza en octubre de 2001 alcanzaba al 46% de la población y para el 2002 escaló al 66%. La maldita deuda se ubicaba en 144.000 millones de dólares en bruto (y si el FMI me la toca, si creen que van a comer de mi sopa, canta Nathy Peluso en el año 2020 ) Los números no dan cuenta de lo que no ya no puede  aguantar la cuerpa, de las condiciones para la muerte, más que para la vida.

“Alien duce adorno tu esclavitud”  

Laberintos de góndolas como entretenimiento – Pin- pummm- se solicita en caja a xxxxx-  Para un sector de las infancias noventosas, en los súper había promotores, degustaciones y desafíos ¿le gustó o no le gustó? Repetía el latiguillo de VideoMacht. No se decía neoliberalismo y hablábamos de multinacional.

Un paseo en changuito, el lugar de trabajo de tus viejos. Decíamos Fast food y llegaba la soja a los “stand” en juguitos, milanesas y salsas: el extractivismo nos besaba, avanzaba el monocultivo y se autorizaba la semilla de la soja de Monsanto. 

Ahí, donde los paquetes esconden las horas de trabajo, lxs sin trabajo irrumpen. Juntarse, cortar, quemar y cocinar. La dimensión política golpea las puertas de los centros comerciales

Jesús Tello, recorre la antesala del dos mil uno. Recuerda la conformación de “Córdoba desde de abajo” una herramienta territorial y social que desplegó la  militancia en Patria Libre: “íbamos a la puerta de los supermercados, nos cagaban a palos, nos mandaban la infantería. Nos volvíamos a ordenar, conseguíamos que nos den mercadería para las familias, porque no teníamos comedores como ahora”.

“Córdoba desde abajo” buscaba interpelar. Disputarle sentidos al “consenso neoliberal” del Estado y la sociedad . Desarrolló protestas en el territorio nacional inscriptas bajo la fuerza de lxs desocupadxs: concentraciones, ollas populares y demandas de alimentos.

En el barrio villa 9 había dos comedores, uno lo gestionaba la Iglesia evangélica y al otro los curas mercedarios. Jesús, colaboraba en el de los curas: Era muy asistencialista, había algunos que militábamos y teníamos  otra idea, pero lo mismo nos arremangábamos y colaboramos porque era nuestro barrio

También, trae a la memoria de luchas de la década del noventa a “La Unión” -Unión de Organizaciones de Base por los Derechos Sociales- una coordinadora que articulaba a distintas organizaciones de los sectores empobrecidos de la ciudad. Participaron de la Mesa de Concertación de Políticas Sociales ante el Estado provincial y desplegaron estrategias de lucha y negociación que iban desde  movilizaciones con más de seis mil personas a cortes simultáneos de rutas y dos tomas de la Catedral. Dos tomas de la Catedral, en el Gobierno de Mestre y  en la ciudad de las campanas.

Una marea de resistencias llega al dos mil uno y lo atraviesa. Ollas populares y asambleas. En las jornadas de diciembre se abría una posibilidad, y está lejos de esta voz en un aniversario. Buscamos navegar por la Córdoba “saqueada” en las memorias comunitarias. La del aguante en una casa, la que junta y reparte. De eso que pasa y tampoco se deja escribir: El hambre da miedo cuando el colonizado “arrebata” y “ataca” no sólo la comida sino “lo que había” (…) la pax colonial se ha roto, el mercado no funciona”. (12)

Se tiene conocimiento de treinta y nueve víctimas de represión del Estado. Golpes a la vida ahí donde todo se movía, nada alcanza para decir la dignidad de los que piden justicia y en esta parte de la ciudad David sigue jugando a la pelota.


Notas:

* “Caen sobre mí las cadenas de supermercado” referencia a la letra de “Capitán América” canción de banda Las Pelotas, año 1994.

1- Minisol, es el nombre de un supermercado de precios bajos de la cadena Disco ubicado en la calle Piedra Labrada.

2- La organización Patria Libre nació en Córdoba  a finales de los ochenta en este espacio se volcaron militantes PRT, de la izquierda peronista, el PI, el CUP entre otrxs. Durante los noventa fueron junto a Quebracho las organizaciones políticas que desarrollaron acciones de resistencia

3- No respondía a la organización política, se había retirado formalmente  pero seguía vinculado con algunos sectores de la militancia social

4- Memoria del Saqueo – (Argentina – 2004) – YouTube  https://www.youtube.com/watch?v=HU5tGYDe9zk&t=543s&ab_channel=DiarioAnticiposGrandesDocumentales

5- La suspensión de garantías constitucionales como reacción estatal frente al conflicto social fue una salida institucional cuestionable. En este sentido, el CELS y otras organizaciones impugnaron judicialmente la validez del decreto que establecía el estado de sitio: IA2002.-Hechos-2001-2-Protestas-y-represion-en-diciembre-1.pdf (cels.org.ar)

6- Heridxs con cartuchos en el operativo del supermercado: Marcelo Fregenal,  Luciana Parra y Ruben Fossarelli.

7-La Voz http://archivo.lavoz.com.ar/2001/1221/portada/nota73706_1.htm

8-impunidad. Caso testigo: la situación en General Mosconi, Salta – lavaca

9- Clarín https://www.clarin.com/politica/gendarmeria-patrulla-cordoba_0_SJMWeB8lCKx.htmlLa persistencia de la impunidad.

10- Clarín https://www.clarin.com/politica/gendarmeria-patrulla-cordoba_0_SJMWeB8lCKx.htmlLa persistencia de la impunidad.

11- https://www.aacademica.org/000-093/63.pdf?view

12-SCRIBANO, Adrián, HUERGO, Juliana, EYNARD, Martín (2010) “El hambre como problema colonial: Fantasmas, Fantasías sociales y Regulación de las Sensaciones en la Argentina después del 2001”.