*Por Facundo Rodríguez /Imágen de portada: Derecho al Cielo

Derecho al Cielo es un proyecto de extensión realizado por un equipo interdisciplinario de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) que comunica Astronomía desde una perspectiva de derechos en centros “socioeducativos” para jóvenes de la ciudad de Córdoba. 

La Astronomía estudia objetos lejanos, incluso los más lejanos que la humanidad ha podido detectar. Sin embargo, el cielo y su observación es algo que nos es cercano y nos produce experiencias que van desde el disfrute a la generación de interrogantes. Es probable que cualquier persona que esté leyendo esto, si se detiene a pensar un momento, encuentre algún recuerdo o anécdota que se relaciona con el cielo.

Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten”. Sin embargo, a pesar de los grandes avances que se dieron en los últimos años en la democratización de la Ciencia, este derecho sigue siendo un desafío. En especial, en  los sectores más vulnerados. 

Derecho al cielo emerge como el diálogo entre cielo y los Derechos a los que todas las personas deberíamos tener acceso. Este proyecto se inserta en contextos de encierro, en particular, organiza talleres para jóvenes en conflicto con la ley penal que están privados y privadas de su libertad. En estas actividades, un equipo interdisciplinario aborda temáticas astronómicas con una mirada amplia. Han formado parte del equipo personas vinculadas a la Astronomía, la Psicología, la Comunicación, la Antropología, el Derecho, la Filosofía, la Educación, la Música, las Letras y el Teatro. 

Los talleres se desarrollaron primero en el “Centro Socioeducativo para Adolescentes Mujeres” (CeSAM) en Nueva Córdoba. Luego, se amplió al “Complejo Esperanza”, destinado a jóvenes varones y ubicado en Camino a 60 cuadras km 14 ½. Aún en el contexto pandémico, la propuesta se sostuvo, ya sea de manera virtual o mediante el cumplimiento de protocolos sanitarios. 

Las actividades de Derecho al Cielo empezaron en Córdoba en 2015 y tuvieron como antecedente una propuesta similar de La Plata. Desde el comienzo, contaron con el aval del Observatorio Astronómico de Córdoba, y se consolidó luego con becas y subsidios de la Secretaría de Extensión de la UNC y el aval de otras unidades académicas.

Las actividades consisten en un ciclo de aproximadamente seis encuentros en el CeSAM o Complejo Esperanza. Cada encuentro tiene dos partes: una en la cual se realizan actividades lúdicas en torno a una temática astronómica y otra en la cual se sale al patio a observar el cielo. Entre las propuestas lúdicas, se reflexiona, discute y dibuja cómo podrían ser los seres que habiten otros planetas o qué necesitaríamos para un viaje espacial. También se aborda cómo los derechos cumplen un rol fundamental para estos seres o viajes imaginarios. Para la observación astronómica, se utilizan telescopios y se pueden ver, por ejemplo, la Luna, algunos planetas y, si hay suficiente oscuridad, algún cúmulo estelar.

Crédito: Derecho al Cielo

Como cierre del ciclo, se invita a quienes participaron de los talleres a realizar una visita guiada en el Observatorio Astronómico de Córdoba o en la Estación Astrofísica de Bosque Alegre.

Para llevar a cabo cada una de las propuestas que prevé el proyecto, es necesario que se modifiquen rutinas. Esto no es sencillo de lograr en las instituciones de encierro debido a sus lógicas carcelarias. Para quienes habitamos en libertad, quizas es difícil tomar dimensión cuan valioso puede ser disfrutar de la noche o mirar el cielo. Tampoco dimensionamos cuan fuera de lo común es una visita a un museo para quienes se encuentran en contexto de encierro. Lograr estos permisos ha sido una conquista. Y, por el interés y la participación, cada año el proyecto toma nuevos desafíos e  intenta el acceso a otros derechos.

Derecho al Cielo además de las actividades en los centros “socieducativos” y las visitas a centros astronómicos, apuesta a la libertad y tensiona la relación que estas instituciones establecen “con el afuera”. Intentando contribuir a una mirada no estigmatizante sobre dichas juventudes, el equipo realiza publicaciones y muestra producciones de los talleres en sus redes, su página web y participa de diferentes actividades de comunicación. Por ejemplo, en una Noche de los Museo se propuso un intercambio de cartas con las jóvenes  del CeSAM. Otro ejemplo puede escucharse en el podcast del proyecto realizado por UNCiencia. Allí toman la voz los jóvenes del Complejo Esperanza y mencionan que el cielo les genera “tranquilidad”, les “trae recuerdos” y que las actividades les produjeron “sorpresa”, “curiosidad”, “ganas de aprender más del cielo” y la posibilidad de “despejar la cabeza del encierro”.

Derecho al cielo es una propuesta original que, a partir de la comunicación de las ciencias, posibilita sin duda alguna el acceso y el reconocimiento de derechos. Este proyecto, que ya está consolidado, es también una invitación para que se sigan replicando acciones de este tipo y se genere un efecto multiplicador. Es un anhelo de quienes lo integran actualmente que su alcance sea aún mayor y surjan muchas otras propuestas como ésta. 

Derecho al Cielo

*Facundo Rodríguez disfruta de comunicar cómo se construyen los saberes y particularmente aquellos que generan controversias. Realizó el Doctorado en Astronomía y la Especialización en Comunicación Pública de la Ciencia y Periodismo Científico. Actualmente se desempeña como investigador asistente del CONICET.